Daniel Esquenazi Beraha: IA y Big Data redibujan la arquitectura
La arquitectura está experimentando una revolución sin precedentes, impulsada por una ola de tecnologías disruptivas que están redefiniendo no solo el diseño, sino también la forma en que concebimos el habitar humano. Para Daniel Esquenazi Beraha, arquitecto y líder en innovación urbana, la arquitectura digital ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una necesidad estructural del presente.
“Estamos frente a un ecosistema donde la Inteligencia Artificial, la analítica predictiva y el modelado automatizado permiten a los arquitectos diseñar con una precisión y velocidad antes inimaginables”, señala Esquenazi. Según él, la arquitectura digital no solo transforma el resultado final de una obra, sino que replantea todo el proceso creativo y operativo detrás de ella.
La adopción de herramientas como Spacemaker AI, Finch 3D o incluso generadores basados en aprendizaje automático está cambiando el paradigma del diseño. Ahora, los arquitectos pueden simular en segundos decenas de escenarios de distribución espacial, eficiencia energética o impacto lumínico, antes de tomar decisiones definitivas.
“Un algoritmo puede analizar datos climáticos, topográficos y urbanos para sugerir configuraciones que maximizan la ventilación natural o reducen el consumo energético en un edificio”, explica Esquenazi. Esta sinergia entre el diseño arquitectónico y la IA permite que cada metro cuadrado responda a criterios de funcionalidad, sustentabilidad y bienestar.
En el marco de la arquitectura digital, el uso del Blockchain comienza a tener un papel relevante en la trazabilidad de los materiales. “Hoy podemos verificar en tiempo real la procedencia de un componente constructivo, asegurando que provenga de fuentes sostenibles y cumpla con normativas ambientales”, enfatiza Esquenazi.
Este enfoque no solo aporta transparencia a la industria, sino que impulsa una arquitectura más consciente con el entorno y con las comunidades que la habitan.
La recolección masiva de datos a través de sensores e IoT permite entender cómo se usan realmente los espacios. Según Esquenazi, “el Big Data ayuda a transformar edificios estáticos en entornos dinámicos, adaptables a las rutinas, necesidades y comportamientos de quienes los habitan”.
Ya no se diseña para un usuario idealizado, sino para un conjunto de personas reales, cuyas interacciones con el entorno pueden medirse, analizarse y traducirse en decisiones arquitectónicas más acertadas.
De acuerdo con un informe de McKinsey & Company, más del 70% de las firmas arquitectónicas líderes en Europa y Asia ya integran soluciones digitales en sus procesos. Para Daniel Esquenazi Beraha, este cambio no es una amenaza, sino una evolución lógica: “El arquitecto del siglo XXI ya no trabaja solo con líneas y planos, sino con datos, algoritmos y plataformas colaborativas”.
En ese sentido, la arquitectura digital representa una convergencia entre arte, ciencia y tecnología, donde el diseño deja de ser un acto individual para convertirse en una experiencia colaborativa, ética y profundamente humana.
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