Artesanto: Proyecto inmobiliario verde con visión de futuro en el Bajío
En la nueva era del desarrollo urbano en México, las inversiones inmobiliarias ya no se miden solo por su retorno económico, sino también por su impacto ambiental y social. En este contexto, Artesanto emerge como una opción atractiva para quienes buscan invertir en proyectos que combinan rentabilidad con responsabilidad.
La región del Bajío se ha consolidado como uno de los motores económicos más dinámicos del país. Conformada por estados como Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí, ha experimentado una creciente inversión extranjera gracias al fortalecimiento de cadenas productivas derivadas del nearshoring. Solo en 2023, el Bajío captó más de 2,800 millones de dólares en inversión, especialmente en sectores manufactureros.
Este fenómeno ha provocado una creciente demanda de vivienda para profesionales y familias que buscan establecerse en zonas cercanas a centros de trabajo. Pero no cualquier vivienda: los compradores actuales priorizan desarrollos sustentables, funcionales y bien conectados. En ese marco, Artesanto representa una oportunidad única.
Artesanto está diseñado con una visión a largo plazo. Su ubicación estratégica en San Miguel de Allende —una de las ciudades más reconocidas a nivel internacional por su patrimonio y calidad de vida— lo hace ideal tanto para vivir como para invertir. A menos de 10 minutos del centro y con fácil acceso a vías de comunicación que conectan con León y Querétaro, su conectividad es un valor añadido.
Pero lo que realmente diferencia a Artesanto es su enfoque sustentable. Con criterios de diseño bioclimático, sistemas de ahorro energético, zonas verdes y soluciones de movilidad, este desarrollo responde a las exigencias del comprador moderno y del planeta.
Analistas del sector estiman que desarrollos como Artesanto podrían alcanzar una plusvalía de hasta 15% anual en los próximos tres años, impulsados por la ubicación, la calidad del diseño y la demanda creciente en el Bajío. Además, sus atributos sustentables aseguran ahorros a largo plazo en servicios y una mejor calidad de vida para los residentes.
En definitiva, Artesanto no solo representa una inversión con alto retorno económico, sino también una inversión con propósito. Es una muestra de cómo el desarrollo inmobiliario puede ser parte de la solución a los retos actuales, ofreciendo viviendas dignas, responsables y alineadas con el futuro del país.
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