El zoológico de Guadalajara es una moderna Arca de Noé
Y es que más de 85% de las especies se encuentran en peligro de extinción o en alguna categoría de riesgo, según directivos.
El zoológico Guadalajara es considerado el mejor de América Latina, con instalaciones que superan los estándares internacionales en cuidado y bienestar animal.
Está enclavado en la zona urbana de la capital del estado de Jalisco.
Luis Soto Rendón, director general del Zoológico Guadalajara, aseguró que este recinto con 36 años de historia es hoy una Arca de Noé.
Más de 85% de las especies que habitan en sus 50 hectáreas de terreno se encuentran en peligro de extinción o en alguna categoría de riesgo.
Tal es el caso de animales emblemáticos como el lobo mexicano, el manatí y la tortuga casquito o ejemplares únicos en Latinoamérica como el rinoceronte de la India, el pingüino de la Antártida y el orangután de Borneo.
David Espinosa Avilés, director técnico del Zoológico Guadalajara, explicó que si no fuera por los zoológicos y un programa binacional México – Estados Unidos, el lobo mexicano ya no existiría.
Por su parte, Ricardo Dávalos Saénz, encargado del Herpetario, señaló que la tortuga casquito, endémica de Puerto Vallarta, encontró un hogar en el zoológico Guadalajara. Ahí se emprendieron acciones para que algún día pueda regresar a su hábitat.
La tortuga casquito de Vallarta es una especie que se acaba de descubrir hace apenas cinco años. Pero está considerada en peligro de extinción. Por la destrucción de su entorno, debido al avance de la mancha urbana y la construcción de complejos turísticos”, lamentó.
En tanto, Ana María Pellat, médica veterinaria zootecnista, indicó que actualmente los rinocerontes de la India, se encuentran en un estado vulnerable.
Y es que hay tres mil 500 o cuatro mil ejemplares habitando reservas protegidas.
En el Zoológico Guadalajara se hace un manejo de los ejemplares de vida silvestre, para no anestesiarlos si se requiere brindarles atención médica, toma de muestras o realizar estudios preventivos.
Se trata de un entrenamiento voluntario, que se practica a diario con los animales para que cooperen colocándose en diferentes posiciones, subiendo a una báscula o enseñando los dientes, llamado condicionamiento operante con refuerzo positivo, que logra su cometido con premios.
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