“Garabato” fue el nombre qué Margarita decidió llamarle al Husky Siberiano abandonado en Sierra de Lobos, en Guanajuato, pero que tuvo la fortuna de ser adoptado.
A “Garabato” fue visto por a pie de carretera, padeciendo de hambre y sed la cual sació gracias a Margarita y su familia, quienes tienen una tienda en la carretera León-San Felipe, en la zona conocida como Sierra Fría, a un costado de la zona de campamento, conocida como Parador Casa Blanca.
Margarita, de 16 años de edad, ha compartido que “Garabato” que su encuentro se dio un día domingo cuando staba atendiendo su miscelánea, y notó que afuera se encontraba un perro.
Compartió que por la tarde ya que toda la gente se retiraba del campamento salió a recoger la basura que dejan y que el perro atravesó la carretera y se quedó afuera sentado, con sintomas de sed y cansancio. “Me dio miedo porque sí lo vi algo grande”.
Su primera reacción, dijo, fue mirar hacia todos lados para ver si veía a alguna persona que buscara al perrito y enseguida le dio algo de comer y agua al animal.
Señaló que al siguiente día ahí amaneció y siguieron preguntando a toda la gente qué llegaba a comprar, si lo conocían o sabían de dónde era y nadie lo había visto antes y que esperó hasta el siguiente domingo llegó, fueron a los campamentos, pero no encontraron a sus dueños, y decidió que se quedaría con el perro y lo llamó “Garabato”.
En entrevista para El Sol de León dijo que el perrito es obediente y siempre está alerta, no ladra, no muerde pero se acerca a la gente. A algunos les da la patita, su pelaje es blanco y café y padece heterocromía, uno de sus ojos es color miel y otro blanco.
Margarita recuerda que es común que personas abandonen y tiren a los perritos y ellos los acojen y luego los regalan a las personas de la comunidad.
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