“Quienes no respeten el código de vestimenta islámico, no podrán ser detenidos ni perseguidos por la justicia”, informó Hossein Rahimi, jefe de la policía de Teherán.
Aunque el anuncio se hizo después de una semana intensa de protestas antigobierno, cuyo saldo fue de más de 20 personas muertas y alrededor de 450 arrestadas, no deja de ser una llamada de atención para todo el mundo.