Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, protagonizaron un episodio que dejó una huella imborrable en la historia de la literatura. La noche de 1976 en México se preparó para ser una de tantas galas culturales, pero terminó marcada por un altercado inesperado.
En una reunión donde se esperaba diplomacia y camaradería, un puñetazo de Vargas Llosa al rostro de García Márquez rompió la quietud, dejando a los presentes en un estado de shock.
La relación entre estos dos colosos de las letras había sido, hasta ese momento, cercana y cordial. Amigos y compañeros de lucha intelectual, compartían una admiración mutua que los colocaba en un mismo pedestal literario. Sin embargo, las tensiones subyacentes, ya fueran políticas o personales, culminaron en esa fatídica noche, convirtiendo a los autores en protagonistas de un drama que sus mismos escritos habrían podido diseñar.
Las teorías sobre las causas del conflicto son variadas y de amplio espectro: algunos sugieren problemas personales, otros creen en divergencias ideológicas. Lo cierto es que el incidente no solo marcó el fin de una amistad, sino que también añadió una capa de misterio y análisis a la vida y obra de ambos escritores.
¿Qué sucedió la noche del histórico puñetazo en 1976?
La noche del 12 de febrero de 1976 en la Ciudad de México se preparaba para ser una velada literaria más, cargada de risas y conversaciones en el cine Palacio de Bellas Artes, donde se celebraba el estreno de un documental sobre Antonioni. Sin embargo, lo que nadie podía anticipar era el giro dramático que esa reunión tomaría cuando dos de los mayores exponentes de la literatura latinoamericana se encontraron cara a cara. Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez, quienes hasta ese momento eran considerados amigos cercanos y colegas literarios, protagonizaron un incidente que dejaría una marca indeleble en la historia.
La razón exacta detrás del golpe sigue siendo objeto de especulaciones. Algunos sugieren que las tensiones políticas y personales se habían acumulado hasta llegar al punto de ruptura. Otros, como el biógrafo Dasso Saldívar, indican que hubo desencuentros y malentendidos más profundos que tocaban lo íntimo y familiar.
Por su parte, Jaime Bayly, sugiere en su novela Los genios que los principales causantes del conflicto fueron la cercanía de García Márquez con Patricia Llosa, la entonces esposa abandonada por el escritor peruano.
Lo cierto es que el momento quedó inmortalizado en un par de imágenes que muestran a un García Márquez con el ojo morado, y el incidente marcó definitivamente un antes y un después en la relación entre estos dos gigantes de la literatura.







