El cilantro es una hierba aromática muy popular en la cocina por su sabor único y sus numerosas propiedades medicinales. Cultivarlo en casa es muy económico. El cilantro requiere ubicación soleada. Requiere riego moderado. No siembres cilantro en verano, ya que no se desarrolla bien en climas muy áridos.
En macetas
Elige una maceta adecuada: Debe ser lo suficientemente grande para permitir el crecimiento de la planta.
Preparación de la tierra: Llena la maceta con tierra de drenaje rápido y añade un poco de fertilizante.
Siembra de semillas: Riega la tierra para humedecerla, esparce las semillas sobre la superficie y cúbrelas con una fina capa de tierra de unos 5 milímetros.
Ubicación: Coloca la maceta en un lugar soleado, ya que el cilantro necesita mucha luz solar.
Riego: Mantén la tierra húmeda, pero sin encharcarla. Usa un pulverizador para evitar que las semillas se desplacen.
Cosecha: Cuando los tallos tengan entre 10 y 15 cm de alto, puedes empezar a cosechar cortando dos tercios de las hojas cada semana para favorecer un crecimiento continuo.
En surcos
Preparación del terreno: Escoge un lugar soleado, prepara la tierra y añade abono orgánico.
Siembra de semillas: Rastrilla el abono con la tierra y siembra las semillas a una profundidad de unos 5 milímetros, manteniendo una separación de 15 cm entre ellas.
Crecimiento y fertilización: Cuando las plantas alcancen unos 5 cm de alto, empieza a fertilizarlas y riega solo para mantener la humedad del suelo.
Cosecha: Cosecha las hojas y tallos cuando midan alrededor de 10 cm para obtener el mejor sabor.
En maceta
Compra de tallos: Adquiere un ramillete de cilantro en una tienda o supermercado.
Preparación de tallos: Coloca los tallos en un vaso con agua, cambiando y rellenando el agua según sea necesario.
Enraizamiento: Pasada una semana o 10 días, los tallos comenzarán a echar raíces.
Trasplante: Cuando las raíces sean suficientemente largas, trasplanta los tallos a una maceta con tierra y riega para mantener la humedad.
Crecimiento: En unos 15 días, comenzarán a surgir brotes nuevos.
En surcos
Preparación de tallos: Sigue los mismos pasos anteriores hasta que los tallos tengan raíces.
Preparación del terreno: Prepara la tierra aplicando abono orgánico y rastrillando para mezclar bien.
Plantación: Planta los tallos con raíces en los surcos preparados, asegurándote de eliminar las hojas mustias.
Riego: Riega ligeramente para mantener la humedad.
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